En la Antigua Roma, se desarrolló un sistema político complejo que incorporaba elementos de participación ciudadana. Aunque distante de las democracias modernas, la República Romana, iniciada alrededor del 509 a.C., mezclaba características democráticas, aristocráticas y republicanas en su gobierno.
La política romana se basaba en un sistema representativo donde algunos ciudadanos podían influir en las decisiones mediante asambleas como la «Comitia Populi Tributa» y la «Comitia Centuriata«. A través de estas instituciones, aunque no reflejaban una democracia directa actual, se permitía a algunos ciudadanos votar, elegir magistrados, aprobar leyes y tratar temas importantes para la República.
La Comitia Centuriata era una asamblea militar y electoral organizada en base a unidades militares llamadas centurias. Originalmente, esta asamblea era predominantemente militar y estaba encargada de aprobar leyes, declarar la guerra y elegir a los magistrados más altos, como los cónsules y pretores. Las centurias, que representaban a los ciudadanos romanos varones, estaban agrupadas por clases socioeconómicas y edades, y se utilizaban para determinar los votos en función de la propiedad y el estatus social. Esta asamblea tenía un sistema de votación que otorgaba más poder a las centurias más ricas
Por otro lado, la Comitia Tributa era una asamblea basada en las tribus, unidades geográficas en las que se dividía la población. A diferencia de la Comitia Centuriata, esta asamblea se basaba en la igualdad entre las tribus, independientemente de la riqueza o el estatus social. Esta asamblea tenía el poder de elegir magistrados menores, aprobar leyes y tratar ciertos asuntos públicos. A medida que la República avanzaba, la Comitia Tributa ganó importancia en comparación con la Centuriata, ya que reflejaba más equitativamente la voluntad popular.
La creación de la Comitia Tributa se remonta a la época de la República Romana. Durante este período, la sociedad romana estaba dividida en tribus, las cuales eran unidades geográficas y sociales. Estas tribus, originalmente basadas en divisiones territoriales, representaban la base de la organización política de la sociedad romana.
Las primeras menciones de la Comitia Tributa se encuentran en el contexto de las reformas llevadas a cabo por el tribuno de la plebe, Tiberio Graco, en el siglo II a.C. Tiberio Graco propuso una serie de leyes agrarias que buscaban distribuir las tierras públicas entre los ciudadanos más necesitados y pobres de Roma. Para llevar a cabo estas reformas, Tiberio introdujo cambios en la forma de votar, otorgando un mayor poder a las asambleas de tribus. Estas asambleas se convirtieron en las Comitia Tributa, que tenían la capacidad de aprobar leyes y elegir a ciertos magistrados.
A medida que se desarrollaba la República Romana, la Comitia Tributa ganó importancia en la toma de decisiones y se convirtió en una de las asambleas clave en el sistema político romano. A través de esta asamblea, se promulgaron leyes y se tomaron decisiones que afectaron diversos aspectos de la vida política, social y legal en la Antigua Roma.
Históricamente, no tenemos un registro claro sobre el grado de influencia de las asambleas en las decisiones políticas y legislativas significativas en la Antigua Roma. No obstante, se pueden mencionar algunas de estas decisiones:
– Las Leyes de las XII Tablas (Lex Duodecim Tabularum): Consideradas como la primera legislación escrita de Roma, estas leyes fueron promulgadas alrededor del 450-449 a.C. y establecieron los fundamentos del derecho romano. Contenían disposiciones sobre temas legales, civiles y penales, sentando las bases de la justicia romana.
– Reformas de los Hermanos Graco (Tiberio y Cayo Graco): Tiberio y Cayo Graco, en el siglo II a.C., propusieron una serie de reformas políticas y agrarias para abordar la distribución de tierras entre los plebeyos y mejorar la situación de los campesinos. Sus esfuerzos terminaron en tragedia con la muerte de ambos, pero sus propuestas sentaron un precedente para futuras reformas.
– Dictadura de Julio César y Reformas: Julio César, al convertirse en dictador perpetuo en el 44 a.C., introdujo una serie de reformas administrativas, judiciales y sociales. Entre ellas se encontraban la reforma del calendario (el calendario juliano), la concesión de ciudadanía a provincias romanas y cambios en la estructura del Senado.
– El Edicto de Milán: Emitido por el emperador Constantino I en el año 313 d.C., este edicto proclamaba la tolerancia religiosa y puso fin a la persecución de los cristianos en el Imperio Romano. Esto tuvo un impacto significativo en el establecimiento y la difusión del cristianismo en el Imperio.
– El Código de Justiniano: Emitido en el siglo VI d.C. por el emperador bizantino Justiniano I, este código compiló y organizó las leyes romanas existentes. Su influencia perduró durante siglos y se convirtió en la base del derecho civil en Europa occidental.
En contraste con la actualidad, es crucial considerar que la participación en estas asambleas en la Antigua Roma se restringía a una élite de ciudadanos varones libres y propietarios, dejando fuera a mujeres, esclavos y a una parte considerable de la población.
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